¿Sirven de algo los controles parentales?
Vayamos por partes. ¿Qué es un control parental ¿A quién beneficia? ¿Quién está detrás?
A grandes rasgos y si buscamos una definición genérica, el control parental es una herramienta (útil) para padres y educadores para restringir el acceso a ciertas páginas o aplicaciones.
El control parental se puede poner en el sistema operativo para evitar que los chavales pongan en el buscador palabras o vídeos para buscar que no queramos que accedan, como porno o películas violentas o contenido no apto para su edad.
También se pueden poner límites a los usos de los dispositivos, y a las aplicaciones. Se pueden bloquear el bajarse aplicaciones no aptas para su edad o controlar estas descargas por medio de autorizaciones.
Y por último también existen aplicaciones de control, es decir, que te indican qué hacen y durante cuanto tiempo.
El uso de todas estas herramientas dependerá de la edad de nuestros hijos. No es lo mismo niños muy pequeños, que preadolescentes, que adolescentes entre 13 y 15 años.
Por eso, cuando los niños son muy pequeños, si ya utilizan dispositivos como tablet, lo mejor sería ponerles ese control porque quizá no entienden lo de no acceder o el tiempo es difuso en esas edades. Aunque según mi humilde opinión los niños pequeños no debieran mantener relaciones con los dispositivos mínimo hasta los 6 años. Pero bueno, sé que llego tarde en muchos casos.
Una vez que los chavales empiezan a tener más conciencia, y son más receptivos a las normas se debería tener una reunión familiar para establecer las normas de uso, y si son niños incapaces de «soltarse» del móvil, ponerles límites de uso. Como contaremos en siguientes posts , existen graves problemas de adicción a los dispositivos, a internet etc.
En todo caso, si quisierais tener más información de los diferentes controles parentales existentes en el mercado, podéis echar un vistazo a este informe de Incibe
Con toda esta información, cambiemos los roles, y pensemos si alguien nos hiciera ese control a nosotras sin saberlo además. ¿Sería una invasión de nuestra intimidad? ¿Hasta donde llega la privacidad de los menores? ¿No sería mejor sentarse con ellos y enseñarles los peligros y las normas de uso de internet en lugar de «espiarles»? Ahí dejo la reflexión mientras seguimos con el tema.
Quizá los controles parentales no sean lo mejor. O no sean la solución definitiva. Me explico, no podemos poner ese control parental y olvidarnos del resto. Es como decirle, tu hora de llegada a casa es a la 1.30 y no observas cómo llega, con quién anda o qué hace. Pues esto es igual. Intentemos trasladar ejemplos de la vida real a la virtual para comprobar que no todo es tan diferente.
Os ofrezco algunos consejos para ir poniendo en práctica con vosotros mismos y en vuestras familias:
1.- Sentarse con ellos e interesarse por cómo utilizan los dispositivos.
2.- Hablar el mismo idioma. Practicad. Os dejo el diccionario para ver si ambos estáis en el mismo nivel.
3.- Igual que en la vida 1.0, enséñale a guardar su privacidad. Y la de los que le rodean. Que no se confíe.
4.- Hablar de la huella digital. Qué pensarán de sí mismos dentro de unos años, viendo sus publicaciones. Hablaremos de esto también en próximos posts a petición popular.
5.- Por qué hay limite de edad para algunas cosas. Conducir un coche, contenidos inapropiados, tener tarjeta de crédito, redes sociales…
6.- Limitar usos y tener momentos de desconexión familiar y propia. Hacer cosas en familia lejos de un dispositivo. Andar en bici, ir al cine, al museo, salir al campo, observar las aves migratorias, ir a comer en familia, etc.
Contadme qué otras recomendaciones ponéis en práctica para esta educación 2.0. ¿Usáis los controles parentales? ¿Qué opinión tenéis?
Y si queréis una charla a vuestra medida, no tenéis más que pedirlo. ¿Charlamos?