PREGUNTAS ETERNAS

Desde que te levantas hasta que te acuestas, te rodeas de preguntas diarias, siempre las mismas, y hablo sólo de casa, que si contamos también las de la oficina, la calle, etc. no acabaría nunca la retahíla. Y empiezo:
– ¿Amáaaa, dónde tengo las zapatillas?
– ¿Amáaa, qué hay para desayunar?
– ¿Amáaa llueve?
– Amáaa, qué día es hoy? Nooo, de número….
– Amáaaa, qué hay de comer?
– Amáaaa, puedo ver la tele?
– Amáaaa, por qué no jugamos un poquito antes de ir al cole?
– Amáaaa, dónde está mi abrigo? Le das la vuelta a las mangas, amáaa?
– Amáaa, amáaaa, amáaaaa. Porque todas estas preguntas no se las dicen al aita. No! Porque el aita también pregunta donde están algunas cosas. Aunque he de reconocer que yo soy preguntona también. Y muchas veces mi susodicho sabe más donde están las cosas que yo misma. En ropa no, los armarios desordenados son cosa mía.
Y ya está, por hoy eso es todo que la inventiva no me da para más.
Hasta mañana…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *