Lo que el Ojo no ve del Jazzaldia

Voy muy tarde con este post, lo sé, lo ideal hubiera sido publicarlo en pleno Jazzaldi o durante el verano. Pero ya sabéis cómo ha sido mi verano y comienzo de curso así que no ha habido tiempo para ponerlo antes.

Este año he tenido la suerte de volver a trabajar en el Festival de Jazz de Donostia, después de haber estado hace doce años. Sí, sí, doce años no es nada, y sin embargo en este caso lo es todo.
De los que trabajé en su día quedaban unos cuántos, sólo que entonces era la pequeña del equipo y este año he sido la mayor de la oficina. Doce años en los que nos ha cambiado la vida a todos. Pero no quería hablaros de eso, hoy no. Hoy quería hablaros de los chascarrillos del jazz. Os podéis imaginar lo que da de sí el día en una oficina de información, en la que trabajas 12 horas diarias y seguidas, con otras cinco mujeres.

Chascarrillos ha habido muchos, anécdotas varias, risas muchas, algunas lágrimas, mucha gente, muchas preguntas, mucha demanda de mapas de la ville.


Qué lujo y qué honor poder ver los escenarios vacíos, montándose, en silencio…
Qué ilusión trabajar en un festival que funciona tan bien, que trabaja tanta gente y en el que me encuentro siempre tan a gusto. Además os muestro más anécdotas relacionadas con el jazzaldia y las redes sociales

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