Parece que tenemos claro qué es el ciberbullying pero por si acaso demos algunas pinceladas. Se trata del acoso continuado (o no) a una persona o personas a través de medios digitales, ya sea vía móvil o redes sociales. Así a grandes rasgos. Vamos, el matón del patio de toda la vida, pero metido en tu móvil. Y con un altavoz digital difícil de controlar.

1. ¿Cómo detectarlo?

Y me pongo en ambos lados, porque podemos verlo más claramente en el lado del acosado, pero también debemos estar alerta si nuestros hijos están en el lado oscuro y son ellos los que generan el ciberbullying.

Si nuestro hijo o hija está siendo víctima del ciberbullying notaremos los siguientes síntomas:

• Pérdida de apetito
• Ansiedad
• Falta de sueño
• Angustia
• Mal humor
• Estará constantemente pendiente del móvil de manera angustiosa. Sobre todo después de recibir mensajes por parte del acosador.

Estos síntomas pueden ser también sin móviles de por medio, que sea acosada o acosado directamente en el patio.

Y si nuestro hijo o hija es el acosador? Qué podemos notar o percibir:

• Posibles cambios de actitud y del lenguaje
• Cambio de amistades
• Agresividad
• O nada.

2.- En qué redes sociales pueden darse y cómo: 

Por poder puede hacerse en todas las que conocemos, y las que no conocemos. Sin embargo las más habituales son:

• WhatssApp, o cualquier mensajería instantánea como Telegram o Hangouts. Por medio de mensajes de todo tipo, voz, escritos y fotografías.
• Facebook, tanto en forma de insultos o vejaciones en el perfil del acosado, como una suplantación de identidad.
• Instagram, Snapchat o Musically, en forma de comentarios ofensivos, así como imágenes molestas. Repost en perfiles falsos, bloqueos o denuncias.

3.- Qué debemos hacer en cualquiera de los casos: 

Revisemos (juntos) de vez en cuando el móvil o dispositivo. Sobre todo si es menor de edad. Las fotos o vídeos que tiene en su galería o que haya enviado o recibido.

El niño que está siendo acosado, debe tener la confianza de contarle el problema a un adulto. Lo mejor serían sus padres, pero puede contárselo a un profesor, a un primo mayor etc. Simultáneamente se debe hacer capturas de pantalla y bloquear al perfil que le está acosando para que deje de llegar mensajes de esa persona y por último denunciar.

Desde mi opinión, también se debería establecer cierta conversación con la otra familia, que los asuntos digitales salten a la realidad física, que hagan las paces o hablen en persona, que lo arreglen también en el ámbito físico o personal. Aunque con prudencia, mejor asesorarse con un abogado experto.

Entre todos debemos hacer fuerza para acabar con esta lacra. No es normal que en pleno siglo XXI sigamos padeciendo estos acosos o cualquier tipo de violencia contra los niños. Soy de la firme opinión que podemos conseguir que se convierta en algo del pasado. Quizá estemos ante la última generación de niños que vivan el acoso. Quizá…