CASTIGOS Vs INTELIGENCIA EMOCIONAL

Recientemente mi prima me ha comentado que a su hija de unos 10 años su profesora les castiga a toda la clase por algo que han hecho unos pocos, que golpea la mesa o a los propios niños con un palito cuando hablan, que les pone esparadrapo en la boca a los que hablan demasiado. En fin, castigos que parecen del pasado, de los internados, o de las películas, pero no, son situaciones que se están dando en nuestros días, y yo entonces me alegro por el tratamiento que le dan a la inteligencia emocional en nuestro cole, por cómo llevan el tema de la frustración, de cómo canalizar las emociones , de enseñarles a tranquilizarse con música, con masajes, con respiraciones, con yoga, y utilizando métodos de «negociación» para poder llegar a entenderse de manera eficaz y sobre todo respetando las emociones de las personas, sí las personas, porque los niños son personas.
En nuestra clase de 5 años tenemos una maravillosa herramienta que se llama «ados txokoa» (el txoko del acuerdo) y tienen una oreja y una boca, mientras uno habla el otro escucha y después al revés. De tal forma que empiezan a familiarizarse con que es mejor hablar que pegarse con el otro para llegar a un acuerdo. Lo raro tendría que ser el que pega, el raro, el apartado del grupo, tiene que ser el que utiliza la violencia como arma para conseguir algo. Algún día llegará eso siempre y cuando utilicemos la inteligencia emocional. Una vez una persona me dijo que ella llevaba a sus hijos a un colegio privado y de idiomas para más señas, porque enseñaban mucha materia y tenía unos ratios muy altos de notas altas pero dejaban de lado la formación emocional porque eso son chorradas, dijo. Pues yo prefiero un colegio en el que los profesores te llaman por tu nombre, te conocen, conocen tus peculiaridades y sobre todo se preocupan por las personas, y les ayudan a entender por qué y cómo canalizar esos momentos de estress, de enfado, de ira, de rabia, de tristeza, de euforia, etc.
Gracias por ser como sois, seguid así. Hacéis un magnífico trabajo. Aunque no solo debemos dejarlo en manos de nuestros profesores, todo eso debe verse complementado enormemente por la educación dada en casa, sino, no sirve de nada.
Seguramente esto da para algún otro post más, así que volveremos sobre el tema con recomendaciones de libros etc.
Porque la inteligencia emocional debe integrarse en todos los aspectos de la sociedad, no solo a nivel infantil, sino laboral, interpersonal, etc. De esa manera sí que el mundo cambiaría. Y mucho, y para bien.
Hasta mañana…
 

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