Los hermanos….

Los hermanos….

5 Razones para dar un hermano/a a tu primer hijo

Ay! Los hermanos, esos seres que llegan sin pedirlo, esas personitas que invaden nuestras vidas y que tan pronto les odiamos como les adoramos. Que nos quitan tiempo con nuestros padres, nos quitan los juguetes y hasta nos quitan la cama.

¿Quién es el que elije el nombre de los segundos y terceros hermanos? Pues los hermanos anteriores. Los hermanos que tienen esa relación de amor/odio pero que no pueden vivir los unos sin los otros.
¿Pero quién dijo que los hermanos venían para hacernos compañía? ¿Quién dijo que que venían para jugar con nosotros? ¿Quién dijo que mamá tenía amor para los dos?

La gente que no tiene hermanos, no sabe lo que es. No puede entender esa relación, ese vínculo que se crea. Yo por ejemplo, tengo hermanos mayores y aunque los quiero con locura, no creo que pueda tener jamás el vínculo que tienen los hermanos cercanos en edad. Porque nunca he sentido las cosas que veo que hacen mis hijos entre ellos:

Compartir. Sobre todo el mayor hacia el pequeño pero también al revés. Porque cuando quieren algo y quieren estar juntos, al final ambos ceden. Lo que me lleva al siguiente punto,

Negociar. Es tu primer rival, el primer «enemigo» al que vencer y el primer amigo fiel con el que jugar.

A perdonar. Con tus hermanos es con los primeros que aprendes el verdadero sentimiento y reconfortante sensación de pedir perdón o sentirte perdonado. Y la satisfacción de perdonar. El abrazo que viene después es tan reconfortante, que luego cuando te haces mayor y te abrazas de nuevo, es el abrazo más sincero que te puedes dar. Con tus hermanos.

A esperar. No siempre las cosas vienen dadas. A veces tenemos que aprender a esperar nuestro turno. y con los hermanos es algo que se va aprendiendo con los años. A esperar a que te toque el turno, a esperar a que te hagan caso, a esperar en el baño, a esperar a que salga de las extraescolares. A esperar. Esto se nota mucho en las personas que no tienen hermanos (algunos claro), la impaciencia. El querer tenerlo todo para ayer, sin ver si se puede o si hay que esperar.

A cuidar del otro. Este sentimiento sí que lo he tenido con mis hermanos. Ellos han cuidado mucho de mi, y lo siguen haciendo. Siguen preocupándose de mi, y me encanta. Y lo veo en mis hijos, que el amor incondicional que se tienen les hace preocuparse el uno del otro. Se echan de menos cuando no están juntos. Se ponen nerviosos cuando le pasa algo al otro. En definitiva, se preocupan el uno del otro. Es algo innato. Sale solo. Lo que me lleva también al siguiente punto,

Los hermanos son esos amigos que no podemos escoger y que sin embargo los amamos por encima de todas las cosas. Daríamos lo que fuera por ellos, porque nos han enseñado muchas cosas valiosas que no se aprenden en ningún otro lugar ni de ninguna otra manera más que siendo hermanos.

 

 

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