Asturias con niños (parte II)

Tal y como os prometí antes de irnos de vacaciones, os voy a contar el planazo de puente que tuvimos en marzo, cuando fuimos a Asturias.
Asturias es una comunidad que parece cercana pero a nosotros nos queda a más de tres horas de viaje, que se hacen bien porque la carretera es buena, y una vez que sales de Euskadi, gratuita, pero hay que entretener a dos pequeños durante casi cuatro horas.  
Como ya os conté, estuvimos en una casa rural, así que en este post me voy a centrar en qué hacer y qué visitar, sin pararme en el alojamiento.
Si nos hubiera hecho mejor tiempo, seguramente las terracitas de las sidrerías se hubieran disfrutado más. No obstante, comimos y bebimos de maravilla.
Lugares que hay que visitar sí o sí:
Ribadesella, Tazones, Cangas de Onís, Lastres, La Cuevona, Los Bufones de Pría, y fuera de la comarca Villaviciosa, Gijón y si te da tiempo, que a nosotros no nos dio, Oviedo.
 
Fue curioso pasar por el único acceso disponible a un pueblo llamado Cuevas, por una cueva de unos 300metros de largo, natural, con sus estalactitas, y por el que pasa el río.
Otra gran curiosidad han sido los Bufones de Pría. Una especie de peines del viento, pero naturales. Unos grandes acantilados por los que llegas por una carretera mal señalizada y que no me gustaría cruzarme con nadie, pero que merece la pena el viaje. Unos agujeros naturales excavados por el agua y por los que en marea alta sube el agua, el viento y el salitre. Se ven muy bien desde enfrente, pero claro teníamos que ir a los mismos bufones, y acercarnos a los agujeros.
Por supuesto no podía faltar en una mañana lluviosa y desapacible, una visita al museo del jurásico cerca de Lastres. Muy bien explicado y con maquetas a tamaño natural que hicieron las delicias de los niños. (y mayores)
 
 Recomendaciones para comer:
En Cangas de Onís:
Restaurante Los Arcos, en plena plaza del ayuntamiento, menú slow food, toques modernos a una cocina tradicional.
El Ovetense, sidrería tradicional con terraza preparada para el invierno. Ideal para tomar unas raciones, unas tapas, bien regadas con culines de sidra escanciada por los buenos mozos del lugar.
En Ribadesella:
El Carroceu, otra sidrería típica, más bien tasca podríamos llamarla, que tienen cuatro mesas en el propio bar y en el que la calidad va en consonancia con el precio. Merece la pena.
En Villaviciosa:
Nos tocó el día de las fabes, y pudimos probar los bares típicos en la capital de la sidra. Cualquiera del caso antiguo son dignos de mención.
 
El turismo está asegurado con esta pareja de turistas.
No podemos olvidarnos del merendero ubicado bajo el puente de Cangas de Onís, un sitio de toda la vida, que me recordaba a los merenderos de Menditxu o Munto cuando éramos pequeños. Precios asequibles para estar bajo el monumento más representativo de la zona. No os esperéis nada de glamour.
 
Asturias siempre es una buena idea. y los niños han disfrutado mucho. Incluso han degustado el pixin, los quesos y las fabes. Perfecto.
 
Nos queda pendiente la visita a los lagos Enol y Ercina así como a Covadonga. Imposible ver nada a través de la niebla.
¿Habéis notado más imágenes en este post? ¿Os gusta más?
 
 
 


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