Violación. y tú, qué opinas?

Vivimos en una sociedad que enseña a las mujeres a cuidarse de no ser violadas, cuando debiéramos enseñar a los hombres a no violar. 


La impotencia que se siente cuando te roban, cuando entran en tu casa.

Raúl abrió la puerta de casa sin mirar, estaba esperando al técnico de la lavadora 
y no se preocupó en mirar por la mirilla. Estaba en el balcón haciendo algo de deporte así que simplemente le dio un grito, «es por aquí» le dijo.
Foto obtenida de Flickr
Cuando le vio se le cambió la cara. Intentó bajarse de la bicicleta estática pero se tropezó el tiempo justo para que el ladrón le encerrará en el balcón y tuviera tiempo para recorrer la casa mientras él gritaba y aporreaba la puerta.

Le robó el móvil, el poco dinero que tenía en casa, más de lo habitual porque iba a pagar al técnico, el portátil, el ipad y las llaves del coche. 


Le volcó todos los cajones y le revolvió toda la ropa. Parecerá fetiche pero meó en su baño.
Raúl consiguió que le oyera un vecino y llamaron a los bomberos y a la policía para que le rescataran, por supuesto el ladrón ya había huido en su coche.
Cuando llegó la policía, Raúl se sintió tonto, culpable y violado. No paraba de llorar y vomitar y no podía hacerlo en su baño, le daba asco, y le producía náuseas pensar que el ladrón hubiera estado allí. Se sentía culpable, sabía que le había abierto la puerta, se sentía responsable de su propio robo. No podía dejar de temblar. Todo el mundo le consoló y le quitó responsabilidad. Por su puesto que no tienes que pensar así, sí, le has abierto la puerta, pero tú no lo sabías, tú has confiado en la buena gente, venga hombre, anímate, sólo son cosas, podrás sustituirlas. Y con esas palabras fue calmándose.


Ahora hagamos un esfuerzo, e intentemos ver una historia parecida y pongámonos en su piel, igual que con Raúl.


Alba ese día tenía la fiesta de cumpleaños de su mejor amiga, sabía que era un día especial y que la íban a gozar, tenían previsto ir a cenar a un buen restaurante, al fin y al cabo 25 es ya todo un hito. Toda su pandilla estaba trabajando y podían permitirse un caprichito.

Ella sabía que la protagonista era su amiga, pero no quita para que se preparara como siempre. Se puso los shorts esos tan bonitos que le quedaban tan bien, con su blusa a juego, de transparencias que dejaban mucho a la imaginación, resaltó especialmente sus carnosos labios, a lo mejor esa noche su príncipe azul se fijaba en ella.
Llegaron al restaurante y en los postres se levantó al baño. Mientras esperaba a entrar, el chico que le había estado mirando toda la noche desde el otro lado del comedor se acercó a ella, y le olió el pelo justo cuando ella se giró a mirarle a los ojos. Sólo fue un segundo, ella sintió unas cosquillitas en el estómago, justo antes de que él le empujara al baño de los chicos. Cerró el pestillo, le puso contra la puerta y con una mano le tapó la boca, y con la otra se bajó los pantalones. (…)
Imagen CCO Public Domain

No sabe cuanto tiempo pasó hasta que uno de sus amigos fue al baño y la vio allí, sentada en el suelo, hecha una bolita abrazando sus piernas y temblando. ¿Quién te ha hecho esto?, ¿Quién ha sido el cabrón?.
Se armó un gran revuelo, sus amigas lloraban, sus amigos estaban furiosos, y la policía intentaba hacer su trabajo. Por supuesto el chico no estaba ya en el restaurante, hacia rato que se había ido por la puerta sin mirar atrás.
Alba no se ha recuperado aún, su violación salió en las noticias locales, y dio la vuelta en las redes sociales, y ella se sentía cada vez más culpable,¿ por qué ese día se vestiría así? ¿Por qué se pintaría los labios de ese color? ¿Por qué no iría acompañada al baño? Por qué no se dio cuenta que el chico era un violador? ¿Por qué no gritó y trató de defenderse? Qué tonta se sentía, y qué culpable. Y la gente seguía opinando en Facebook de lo que hubieran hecho ellos, y de que no se puede ir tan guapa por la vida. Que los chicos al final van a lo que van. Y que habrá que ver si realmente ella no le guiñó un ojo y no fue para tanto.


¿Por qué esas diferencias a la hora de juzgar?

¿Por qué la sociedad juzga tan a la ligera?
¿Cómo estamos educando a nuestros hijos e hijas?
¿Por qué siguen pasando estas cosas en la sociedad actual?
¿Por qué tantas preguntas? 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *