Soy una mujer florero…. y no me importa

Soy una mujer florero…. y no me importa

La sociedad seguirá enferma cuando en eventos, oficinas, stand, etc sigan prefiriendo chicas monas y con faldas cortas.
Que esas chicas no se sorprendan que sean sólo chicas las que trabajan en esos puestos, que sea sorprendente que los chicos guapos o altos sean los únicos que pueden estar en puestos de seguridad y control.
La sociedad seguirá pensando que ellos mandan y ellas obedecen.
La juventud o futuros adultos responsables seguirán viéndolo normal, y seguirán sucediendo hechos como las agresiones sexuales, las violaciones, las miradas lascivas, los toqueteos «sin importancia» porque seguimos igual, porque los micromachismos los seguimos permitiendo, y seguimos sin levantar la voz, por el qué dirán, porque siguen educándonos igual. 

Yo he trabajado alguna vez de azafata, pocas, porque no iba con mi idea de trabajo, no me parecía un trabajo fácil aunque pueda parecerlo, aguantar las sonrisas pícaras de los señores que van a la opera del brazo de sus señoras y que se creen con la posibilidad de guiñarte un ojo. Aguantar de pie muchas horas sonriendo y ofreciendo una información repetitiva todo el tiempo. Llevar el pelo bien peinado, recogido o suelto, cuidadosamente maquillada, seguir sonriendo pese a que no te guste un pelo lo que estás teniendo que aguantar. En fin, ese tipo de trabajos que siguen siendo mayoría mujeres que son floreros.

Evidentemente si estás buscando trabajo y te ofrecen algo así, pues aceptas, porque no tienes otra cosa, no digo que la responsabilidad sea de las chicas, no digo que tengan que rechazar trabajos, digo que las multinacionales que los promueven, las marcas, los sponsores, debieran pensar un poquito más en la imagen que están transmitiendo a su clientela. O es que su producto es exclusivamente masculino y ¿es de esa manera como quieren meterlo? Pocas cosas hay exclusivamente masculinas, se me ocurren los productos para el afeitado, alguna colonia de hombre y calzoncillos.

Seguir solicitando ocupar puestos vacíos, que no aportan nada, por el mero hecho de ser una mujer guapa, alta y de piernas largas.

Este verano me he encontrado con micromachismo encubiertos en puestos «sin importancia», preferir poner a una chica en un puesto de información que a un chico, preferir una cara bonita a una persona formada e íntegra. Preferir chicas guapas a personas guapas.

Pero no todo ha sido negativo, me he dado cuenta que cada vez más chicas y mujeres ven esto anormal. Ven que está en nuestra mano cambiarlo, ven que el vocabulario que se utiliza hay que modificarlo para que hagamos de nuestros hijos e hijas personas corresponsables. Porque no hay rosa o azul, sino una amplísima gama de colores que permitirá que nuestros hijos e hijas sean lo que ellos decidan ser, y no lo que les imponga una sociedad.

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *