Medidas de control y seguridad

Medidas de control y seguridad

No sé si os he hablado de uno de mis mayores miedos, e imagino que el de todos los padres, que alguien haga daño a nuestros hijos.
Todas las precauciones que tomemos son pocas para evitar cualquier ataque o daño a nuestros hijos.
Sé que no podemos meternos en una caja y que nadie los toque hasta los 25, además sería contraproducente, pero algo podremos hacer para protegerlos.
Mi hijo mayor empieza a pedirme algo de libertad, sale de él, pedirme bajar a por el pan, ir solo al parque, o yo creo que hasta se atrevería a ir solo al cole, es cruzar una calle y una manzana.
Pero no dejo de pensar en que en ese tramo alguien pudiera engatusarle para conseguir algo, o lo que es peor, conseguirle a él.

Foto de Varshesh Josi obtenida en Unsplash

Él tiene muy interiorizado el tema, el no te vayas con nadie, no confíes en nadie que no conoces, no cojas nada de nadie etc. Pero me surgió una duda, se supone que siempre seré yo o alguien de su familia quien vaya a buscarle, pero qué pasa si va alguien que conoce pero que no tiene por qué ir a recogerle. Por ejemplo, otro padre del cole, o alguien del barrio que nos conoce.
Hemos quedado que cuando alguien ajeno a nuestra familia le vaya a buscar le tiene que preguntar por la contraseña, que previamente yo le habré dado. Si éste que va a buscar al niño no la sabe, es que no le ha mandado su madre a por él, con lo cual no tiene que irse con él, por mucho que le conozca.

Hace poco me dijeron que los niños con 10 años entran en la preadolescencia, para eso sólo me quedan TRES AÑOS!!! Espero que podamos educar bien a nuestros hijos para que esa etapa que tiene tan mala fama no sea negativa, sino todo lo contrario.
Que sea un camino de aprendizaje para todos, en el que los niños comienzan a formarse como personas más allá de su infancia.
Me da muchísimo miedo esa etapa, tiene que ser de confianza mutua, de tira y afloja, de saber decir no, de valerse por si mismo en algunos momentos. Pero sin perder el norte, sin perder de vista que tienen que seguir jugando, que aún pueden estirar la infancia un poquito más.

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