Que hubiera pasado si…

entre sollozos le parece oir la voz de su mamá. Le toca la carita, le da un poco de agua, le coge en brazos y se dirige a la salida tranquilamente


Primeros de mes. Llueve, la despensa vacía y una enorme lista que comprar. Se dividen el trabajo y uno va al súper con un niño y otro va a comprar ropa con el otro. 

Llegan padre e hijo al hiper, cogen un carro y empiezan a echar cosas al mismo, el niño se aburre de estar metido en el carro y papá le deja andar por el pasillo. 
Se meten en el pasillo de las galletas y desayunos, «Quiero esto, y esto y también me gusta esto». Grita el pequeño mientras papi repasa la lista. Se saluda con un conocido, y cuando alcanza los cereales que les gusta a los niños, se da la vuelta para echarlo al carro y el niño no está. 
No oye su vocecita pidiendo chuches, no oye a su pequeño diciéndole que se aburre. 
Le entra un vértigo tremendo. La cabeza le da vueltas, empieza a deambular a grito pelado por el gran supermercado, se choca con la gente, grita fuerte su nombre, la gente le mira entre asustada, preocupada. Le da la sensación de que nadie hace nada, todas las caras le parecen horrorosas, desconocidas, malas personas que se han llevado a su pequeño. 
El pequeño mientras tanto, ha visto el pasillo de los juguetes, las construcciones, las muñecas, los camiones parlachines, todo lo llama la atención. Todo le gusta y está entretenido con todo lo que ve. No oye a su padre llamarle, ahora no se está aburriendo, le gusta ir al súper. 
Una señora se tropieza con él y casi se cae y es cuando le grita «Pero niño, qué casi me caigo, que haces sentado en mitad del pasillo tú solito?» 
Y el niño se da cuenta que está solo. Que su padre se ha ido por otro pasillo, que no le ve. Empieza a llorar. 
De repente entre sollozos le parece oir la voz de su mamá. Pero qué raro porque he venido con papá. Se da la vuelta, una chica con una bonita sonrisa y un muñeco le llama y le dice que vaya con ella que ella sabe donde está su papá, que ella le ayudará. Le toca la carita, le da un poco de agua, le coge en brazos y se dirige a la salida tranquilamente. 
El niño pone su cabecita sobre el hombro de su salvadora y se adormece, pero no lo suficiente para ver de refilón una cara conocida y echarle los brazos. 
El padre que le ve, se lanza a la carrera, a gritos, sorteando carros, les alcanza y no sabe cómo, la derriba procurando no hacerle daño al pequeño. 
El niño adormilado se aferra al cuello de su padre. Para entonces los de seguridad ya han llegado, mantienen a la mujer en el suelo bajo las rodillas de uno de ellos. 
Padre e hijo no son capaces de reaccionar. El pequeño sigue adormecido pero el padre no puede dejar de temblar, de llorar. Están sentados en el suelo, acurrucados, balanceándose mientras le abraza tan fuerte que puede sentir cómo palpita su corazón. 
Una ambulancia les lleva al hospital para que reconozcan al niño. Su mujer ya ha sido avisado. Cuando llegan se abrazan los cuatro. 
Qué hubiera pasado si…? 

2 thoughts on “Que hubiera pasado si…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *