MI ABUELI

Hoy me he puesto un poco sentimental. He cambiado de sitio la casita y me ha tocado limpiar sus figuritas, y se me ha ido la cabeza a cuando la casita estaba a la entrada de la casa de mi abueli.
 
Me he acordado de ella, de su eterno pelo blanco, de sus arrugotas y de lo bien que me contaba los cuentos para que comiera. De cómo hacia las 20.30 sonaba el ascensor de mi casa y era ella, que venía de paseo y primero pasaba por nuestra casa, a estar un ratito. A contarnos las pesetas que había ganado ese día jugando a las cartas, a que yo le contara qué tal me lo había pasado. O a lo mejor me pillaba dándome un baño y se quedaba allí conmigo lavándome el pelo.
Me he acordado porque ella sólo era abueli de sus nietos, no soportaba que nadie la llamara «amoñi» sino era familia suya, y además para nosotros era nuestra abueli, no sé de dónde salió ese nombre, pero siempre abueli, no le he oído a nadie más que llame así a su abuela.
Me he acordado porque casi ya no me acuerdo de ella, y pienso en mis hijos que están viviendo maravillosamente a sus abuelitos, y tengo miedo que se les olviden estos momentos, estas vivencias, estos recuerdos que generan los abuelitos. Por suerte ahora hay muchas fotos y vídeos con los que acordarse de los momentos juntos, pero echo la vista atrás y me da la sensación que no la viví con la suficiente intensidad, me pilló joven y rebelde y casi no la pude disfrutar. Y ahora, si me viese ahora, cómo ha cambiado su niña, su única nieta, cómo le hubiera gustado conocer a los niños, achucharlos. por lo menos aún tengo en el recuerdo algunos momentos con ella, desgraciadamente también tengo el último. Cómo me gustaría al menos una hora más con ella…. Que los que aún tienen abuelitos, los disfruten como nunca, porque no se sabe cuando será el último día.
Hasta mañana.
 

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